¿Habéis probado alguna vez los Petas-Zetas ? ¿Habéis sentido su explosión en la boca ?Mmm...que rico Ö Nosotros descubrimos ese día el origen de la creación de esta golosina.¿ Sabéis vosotros en que se basaron ?
Todo el mundo sabe qué son los Peta-Zetas, esos pequeños caramelitos que te explotan en la boca. Sin embargo, pocos sabrán que para inventarlos, sus creadores se inspiraron en el hielo de los glaciares. Estas inmensas moles de hielo milenario guardan entre sus entrañas pequeñas burbujas de oxígeno que de vez en cuando producen pequeñas deflagraciones. Y fueron esos pequeños estallidos los que llevaron a un par de catalanes a inventar una de las chucherías más populares, los Peta-Zetas.
“Probaron un poco de hielo del glaciar y vieron que cuando se deshacía en la boca, parecía explotar debido a las burbujitas de aire que iban dentro, comprimidas. Les gustó tanto la sensación que se les ocurrió tratar de reproducirla en un caramelo”.
Así fue como en 1979, salieron a la calle los Peta-Zetas, trocitos de caramelo que han sido gasificados durante el proceso de fabricación con dióxido de carbono, inyectado a alta presión. De esta forma se consigue que cuando el dulce entre en contacto con la saliva, se deshaga el caramelo que envuelve a las burbujas, que salen al exterior produciendo el sonido típico de esta golosina.
Los Peta-Zetas son un buen ejemplo de cómo conocemos el mundo, aprendemos de él y lo saboreamos. Lo hacemos a través de los cinco sentidos, nuestra herramienta evolutiva para discernir rápidamente qué nos conviene para sobrevivir. Con la vista, reconocemos la chuchería y a esa imagen se suma el olor dulzón que nos llega mediante el olfato. Al metérnosla en la boca, se activa el gusto, y también el tacto y el oído, con los que disfrutamos de los deliciosos estallidos.
Y es que comer es una experiencia sensorial que se describe y se nutre a partir de cómo percibimos las propiedades físicas, químicas y materiales de los alimentos. A nuestros antepasados, distinguir a través de la vista o del gusto si una fruta o una raíz eran comestibles, seguramente les salvó el pellejo en más de una ocasión.
Hoy en día, ya no es tanto una cuestión de supervivencia, pero conocer esas características nos ayuda a disfrutar de los alimentos y también a manipularlos para darles consistencias y tactos distintos, combinar sabores, etc. En definitiva, a ser creativos en la cocina.
2 SESION: El día 26 de abril iniciamos la segunda sesión de los sentidos, trabajamos el sentido de la vista: Vimos imágenes de ilusiones ópticas, que Luis y Yolanda nos pusieron. Las imágenes nos engañaban. Pinturas ilusionistas que nos parecían que estaban en 3D.
En la parte práctica trataba de observar alimentos y anotar lo que veíamos en unas fichas que los profes nos prepararón. Después probamos los alimentos y descubríamos qué eran en realidad.
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