Transformad esas antiguas aulas; suprimid el
estrado y la cátedra del maestro, barrera de hielo que lo aísla y hace
imposible toda intimidad con el discípulo; suprimid el banco, la grada, el
anfiteatro, símbolos perdurables de la uniformidad y del tedio. Romped esas
enormes masas de alumnos, por necesidad constreñida a oír pasivamente una
lección, o a alternar en un interrogatorio de memoria, cuando no a presenciar
desde distancias increíbles ejercicios y manipulaciones de que apenas logran
darse cuenta. Sustituid en torno al profesor a todos esos elementos clásicos,
por un círculo poco numeroso de escolares activos, que piensan, que hablan, que
discuten, que se mueven, que están vivos en suma, y cuya fantasía se ennoblece
con la idea de una colaboración con el maestro.
Francisco Giner de
los Ríos (1839 -1915). Rondeño, fundador y Director de la Institución Libre
de Enseñanza, defensor de una profunda reforma educativa basada en la libertad
y la individualidad frente al dogmatismo.
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