Cuando las personas nos vamos, sólo queda lo bonito que tuvimos y me alegro... porque estoy segura de que no era perfecto y estoy segura de que hizo muchas cosas mal, pero sobre todo estoy segura de que no quería fallarnos, de que agradecía como nadie cada pequeño detalle que teníamos con él.
Porque nadie le enseñó a hacerlo bien pero, aprendió solo, la humildad de perdir perdón desde el corazón y volver a intentarlo una y otra vez, una y otra vez, sin rendirse nunca. Al igual que demostró en muchas ocasiones su valentía, su agradecimiento y su cariño.
Y tal vez nosotros no fuéramos tan valientes como él, para pedirle perdón, porque no pudimos ayudarle lo suficiente, para darle las gracias en voz alta como él lo hacía (y nunca las merecimos).
PERDÓN FABIÁN porque todos debemos crecer con cariño, abrazos, sin miedo a sobrevivir. Siempre me demostraste que nunca es tarde para hacer las cosas bien, así que GRACIAS FABIAN, de corazón, por nunca quejarte, por sonreir cada pequeño gesto de la vida, por salvarnos la vida.
Te mereces ese cariño de todos y te mereces que nosotros, que todo el mundo que te conoció y los que no, te recuerden y nunca te olviden.
Como siempre ESTOY MUY ORGULLOSA DE TI.
Te queremos.
El ACE El Madroñal.
